30 de mayo de 2011

Rubber

Como no podía ser de otra manera, la vi el año pasado en Sitges, en uno de aquellos maratones de medianoche, no recuerdo si antes o después de ver Norwegian Ninja (próxima reseña aqui), y viéndola hace unos días con un gran recomendador, y tras las risas y el buen rato que nos ha hecho pasar, os dejo cuatro pinceladas de esta película:


Imaginad que en su momento Christine (aquel vehículo tan agradable que no daba tregua a nadie que se cruzara por delante de su parachoques) hubiera tenido un idilio con... no sé, el coche endemoniado de The Car, y que de ese metálico y neumático rollo una tierna ruedecita fuese el regalito de nueve meses después...
Ya sé, lo que planteo no tiene sentido, como tampoco lo tendrá ver que un policía mirando a cámara tras exponer una serie de cuestiones sobre los sinsentidos del cine, se meta en el maletero de su coche (y que este destroce unas sillas en su partida).

Estamos ante una película (que coquetea con los códigos cinematográficos sin pudor alguno) de supuesto terror, que se ríe de lo absurdo y que homenajea escenas, personajes y directores del género, todo de la mano del carismático (y, sí, expresivo) Robert, UNA RUEDA ASESINA que sembrará el terror por allá por donde...ruede.


A destacar Stephen Spinella, que con los años gana enteros (y además es uno de los Secundario-Bob que más se prodiga en la mayoría de series actuales, a tener en cuenta, ya me daréis la razón).



A todo esto, vuelve True Blood y ese trío (ahora cuarteto) que nos tiene con el alma en vilo....


No temáis: para vuestra suerte o desdicha, en breve, habrá otro post. Siempre estáis a tiempo de valorar el universo analógico y enclaustraros en un templo budista...
Saludos

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