Ha sido una semana de decepción.
La segunda temporada de Prison Break es como ver el híbrido de El fugitivo con Perdidos (al menos los primeros tres capítulos) y la tercera temporada de Perdidos (ahora que hay parón de tres meses y han emitido seis capitulos) en conjunto, deja bastante que desear. Curioso ver que una nueva incorporación (bueno, un isleño que ha tomado protagonismo) el brasileño Paolo Santoro que en algún momento de insomnio había visto en un culebrón que emitía tv3 a las tantas de la madrugada. Para un galán brasileño que hay que no parece Sandokan habrá que hacerle publicidad.
Y no me voy sin insistir en que hay que ver The illusionist (un buen retorno para Edward Norton, sí señor) y con las ganas de ver Beyond the Sea singular biopic abanderado por el señor Spacey.
Y por hoy es todo.
La segunda temporada de Prison Break es como ver el híbrido de El fugitivo con Perdidos (al menos los primeros tres capítulos) y la tercera temporada de Perdidos (ahora que hay parón de tres meses y han emitido seis capitulos) en conjunto, deja bastante que desear. Curioso ver que una nueva incorporación (bueno, un isleño que ha tomado protagonismo) el brasileño Paolo Santoro que en algún momento de insomnio había visto en un culebrón que emitía tv3 a las tantas de la madrugada. Para un galán brasileño que hay que no parece Sandokan habrá que hacerle publicidad.
Y no me voy sin insistir en que hay que ver The illusionist (un buen retorno para Edward Norton, sí señor) y con las ganas de ver Beyond the Sea singular biopic abanderado por el señor Spacey.
Y por hoy es todo.
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