20 de diciembre de 2009

El Imaginario del Doctor Parnassus

Terry Gilliam ha vuelto al ataque a pesar de las adversidades del rodaje (entre ellas la muerte de Heath Ledger) y nos adentra en el maravilloso e introspectivo mundo del Doctor Parnassus, un hombre eterno que se dedica a sobrevivir con su delirante circo a la par que a matar el tiempo con absurdas apuestas con el Demonio (un magnifíco Tom Waits).

¿Y que tiene de especial semejante argumento? Pues que el particular doctor tiene la puerta para adentrarte en tus sueños con la libertad tanto de aparecer en un mundo de maravilla o en tu pesadilla más terrible.
Y es mientras mendigan y deambulan Parnassus y su séquito de freaks que salvan un hombre a punto de morir asesinado que, amnésico pero con grandes dotes para tratar al público, reflotará el pequeño circo y les traerá algún que otro problemilla.

Técnica y estéticamente es perfecta. Tal vez lo único que cojea es la parte en que Colin Farrell tuvo que ponerse en el pellejo de Ledger, aunque junto con Jude Law y Johnny Depp le hacen el mejor homenaje que se le puede rendir a un amigo que por razones obvias no pudo terminar un proyecto tan magnífico como El imaginario del Doctor Parnassus.

Estamos ante un cuento no apto para tragapalomitas ni para aquellos que no salen del círculo clásico (y muchas veces añejo) de la Disney.

Deleitaos pues con una obra imaginativa y onírica que os transportará del mejor de los sueños hasta la peor y más cruda realidad.


6 de diciembre de 2009

2012

...Y entonces llegó el 2012.

John Cusack con dos tonos de azabache innecesarios y rozando el Síndrome de Nicholas Cage hace lo que le da la gana a lo Pedro Palomo.
Y así se podrían resumir un par de horas palomiteras, que bailan entre lo absurdo y lo apocalíptico, ese género que visita nuestras vidas cada dos años cual Papá Noël con Alzheimer.

Tampoco se podía esperar nada mejor de alguien que tiene como mejor película en su currículum Soldado Universal. Los milagros en la carrera de Roland Emmerich son tan probables como en la de Uwe Boll.

John, deja la gomina y ponte a trabajar en serio...

Y hasta aquí puedo leer de semejante pestiño.