Zafio, racista, rechoncho y putero. Así es y así se presenta Gerry Boyle, un sargento de Galway, apacible ciudad del bonito condado que recibe el mismo nombre en la que la tranquilidad reinante acaba en cuanto unos traficantes irrumpen en la zona con la idea de dar un gran golpe.
Mientras los traficantes sobornan a la mayoría de polícias, Gerry tras varios incidentes con el cuerpo de polícia (así como varios intentos de soborno) decide unir fuerzas con un agente de la FBI recién llegado de Estados Unidos y que verá que sus métodos y su protocolo son tomados como se suele decir por el pito del sereno.
Aunque como en cualquier relación, dos personas tan distintas necesitarán su tiempo para llevarse bien (teniendo en cuenta como es Gerry y su personal forma de vivir) y que el agente Wendell -interpretado por Don Cheadle- es todo un ejemplo de integridad y justicia.