26 de febrero de 2007

Diamante de sangre

Cuando alguien es asediado por un ejército de quinceañeras cabe la posibilidad de que te acaben dando la espalda (Tom Cruise) o ese sector se olvide directamente de ti (Keanu Reeves) y te busques las castañas donde puedas. En esta última fase lleva unos años con mayor o menor suerte el sujeto que ahora ocupará unas líneas. Hoy toca palmadita en la espalda y galletita entre los dientes para el señor DiCaprio. Hacer de protagonista y ser un cabrón tiene mérito (sobre todo cuando llevas varios intentos y no cuelan) tal vez a la tercera va la vencida o quizás cuando hay un guión con cara y ojos y no te dedicas a mirarte el tupé o que las orejas estén tan morenas como tu cuello empiezas a actuar. Sea como fuere, DiCaprio hace un papel correcto (los secundarios le dan mil vueltas) pero este es un paso para ir por el buen camino.
En cuanto a Diamante de sangre la venden como una curiosa película de acción (discrepo curiosa es Transporter o El caso Bourne) o dicen que es una película de aventuras. Eso es más que discutible. Diamante de sangre es buena y punto y desmerecer una película por combinar conflictos bélicos con acción me parece muy paleto a estas alturas del séptimo arte en el que la decadencia y el refrito es lo que abunda. Por cierto, se nota un huevo que el dire de esta película no es otro que Edward Zwick, si, el que hizo que se inundaran los cines con Leyendas de Pasión.

Yendo un poco al grano, me ha gustado bastante, yo tampoco me lo esperaba. Es una película de ritmo ágil, que muestra diversos enfoques y un único (y justo) punto de vista, que es el de los civiles. Muchas veces olvidamos que en las guerras sólo priman los intereses económicos y no los humanos y que las personas sólo son ceros a la izquierda. Claro que desde nuestro sofá esas cosas no nos las cuentan en el telediario…

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