Si en Moon se nos proponía el desolador testimonio de un astronauta abandonado a su suerte en la Luna, esta vez la batuta la lleva un militar (nada más y nada menos que el capitán Colter Stevens, interpretado por el siempre agradable Jake Gyllenhall) que antepondrá su deber (averiguar cómo evitar un ataque terrorista y descubrir quiénes se esconden tras de ello) por encima de prioridades personales, al menos hasta que descubra un pequeño detalle respecto a sí mismo (si tenéis dos dedos de frente no iréis a googlear, ya sabéis: tenéis el cine o a la Opción B, vosotros mismos).
Os esperan dos horas de ciencia- ficción camuflada de acción trepidante y amooor, una estética setentera con aires de thriller y un argumento que puede dar que pensar (efectivamente, podría ser la prima lejana del Origen de Nolan; no todo durante el año tienen que ser mierdeces o pajas mentales de bailarinas histéricas, que dirían por ahí).
En 9o y pico minutos a este muchacho le da tiempo hasta para hacer en esta ensalada una pequeña crítica política y una ligera reflexión social (pero sin moralinas patrióticas ni pedanterías).
Sin riesgo a equivocarme, el señor Jones va por muy buen camino (así que ya estamos a la espera de que Mute, su nuevo proyecto parece caliente motores).
A los que ya la han visto (sin ánimo de spoilear):
El final, si os fijáis, no es lo que parece (no pidamos peras al olmo). De hecho, es lo que la película pretende decir una y otra vez... Ahí dejo eso, pequeñuelos.
Mañana es el Día del Libro y la Rosa en estas tierras. Sean caballerosos y regalen a sus Julietas un buen libro (y al revés también). Y cuídense mucho.