
Ya estamos de nuevo (y en diferido) por el lugar que más cine respira estos días. Por nuestra parte, escogimos A Fantastic Fear Of Everything oscura y divertida ópera prima de Crispian Mills (otro que dijo unas palabras antes del inicio de su película con una resaca del quince...) que narra las aventuras de un novelista que, preso de sus fobias buscará la manera de poder sobrellevarlas.
Una excelente (y ochentera) banda sonora y un desaforado Simon Pegg que acaba sometido a sus demonios y robándonos muchas risas a los espectadores.
Nuestra siguiente aventura ha sido otra ópera prima, la barroca y lenta The Last Will and Testament of Rosalind Leigh, dirigida por Rodrigo Gudiño que llevaba a sus espaldas dos cortos y ha hecho un nefasto salto al largo con una cinta difusa de ritmo tedioso que pretende ser original por ser narrada con la voz de Vanessa Redgrave y es evidente que el protagonista (interpretado por Aaron Poole aka te falta chispa) no es suficiente para sostener una trama sobre culpa-redención, ángeles y un bicho hecho con cuatro duros.
Poco ritmo, argumento flojo y una historia muy mal llevaba de la que podrían haber explotado la maravillosa mansión en la que se rodó y de la que al final simplemente quieres huir (y llevarte contigo los cuadros de Waterhouse)
Os iremos comentando la sesión sorpresa de mañana, el maratón y el resto de películas que nos falta por ver. ¡Disfruten hasta nuestra vuelta amiguitos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario