14 de agosto de 2009

War, Inc. (Negocios de Guerra)

Una verdadera lástima, sí señor.
Cuando leí al respecto, estaba claro que John Cusack pretendía repetir la fórmula de la genial Grosse Pointe Blank, cambiando de contexto, pero escogiendo como personaje principal a un ser parecido a Martin Blank, aquel asesino a sueldo que en plena crisis existencial y por motivos de trabajo regresaba a su pueblo natal 20 años después, con todo lo que eso conlleva.

En War, Inc. nos encontramos con una supuesta sátira bélico-político-americana en la que el propio John da forma a Brand Hauser, un asesino que tiene como misión aniquilar al presidente de una nación de Oriente Medio (Turaguistán, concretamente).
La historia se situa en un futuro inmediato, y ya sabemos que hay que ir cambiando de nombre, renovarse o morir... nunca mejor dicho.

Si a eso le añadimos que Hilary Duff es la Britney Spears de Turaguistán y Marisa Tomei (Hola, soy Marisa Tomei, y después de Sólo Tú, sigo en la fase bobalicona) es la periodista americana que lucha por revelar la verdad y cambiar el Universo con su discurso de Miss expuesta al jurado, el conjunto a priori parece estremecedor.
Y ciertamente lo es.

Cómo cólofon a la ensalada tenemos a Ben Kingsley en un papel de malo histrónico (desde que la Coixet le pintó los ojos a lo Sandokán en Elegy puedo dar fe que el señor se ha hecho amante y abanderado del eyeliner... que su asesor de imagen le diga de una vez que parece un chihuahua mosqueado, por favor).

Tenemos, pues, una película que aburre y flojea y partes iguales. Si no me creen, ya saben qué tienen que hacer para resolver incógnitas.

Reconozco que la gracia está en los detalles. Esas escenas de Hauser con el tabasco, el tándem Joan y John Cusack y alguna chorrada más hacen que puede ser una peli para tardecita de palomitas del microondas, pero nada más.
Un guión más conciso y divertido es lo que hubiera necesitado la cinta, que argumentalmente partía de muy buena base.
No pudo ser...


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