Esta reseña es de una obra muda. Eso significa que durante la película (si la véis o la recodáis) suenan piezas interpretadas en un órgano (en este caso la música fue compuesta por John Muri) y los diálogos, cuando fueron necesarios, se pusieron mediante intertítulos .
Buster Keaton, afianzado en una carrera imparable en la comedia, para hacer El Colegial (College en USA) se inspiró en El Estudiante (1925), taquillazo del enorme Harold Lloyd, cinta en la que un joven de familia humilde que vende electrodomésticos quiere ser popular en la Universidad, y no duda en hacer todo lo posible para lograrlo. Keaton, con su productora (la Comique) contrata como director a James W. Horne (el cual tendría una carrera reducida a dirigir exclusivamente películas de Laurel y Hardy), y se lanzan a rodar la historieta de un jovenzuelo patoso de tiernas aspiraciones románticas.
Buster Keaton, afianzado en una carrera imparable en la comedia, para hacer El Colegial (College en USA) se inspiró en El Estudiante (1925), taquillazo del enorme Harold Lloyd, cinta en la que un joven de familia humilde que vende electrodomésticos quiere ser popular en la Universidad, y no duda en hacer todo lo posible para lograrlo. Keaton, con su productora (la Comique) contrata como director a James W. Horne (el cual tendría una carrera reducida a dirigir exclusivamente películas de Laurel y Hardy), y se lanzan a rodar la historieta de un jovenzuelo patoso de tiernas aspiraciones románticas.
En El Colegial (1927, justo en el inicio del declive del cine mudo) el inexpresivo Keaton es Ronald, un estudiante brillante que tiene unas nulas aptitudes para el deporte. Al ingresar en la universidad y estar enamorado de una compañera, hará todo lo posible para que ella se fije en él.
Slapstick en estado puro, cara de palo demuestra una vez más sus habilidades gestuales y mímicas para la comicidad y la sucesión de gags, que combinados ingeniosamente con el argumento, provocan que durante los sesenta y cinco minutos de película no pares de reír.
Ronald, viendo el snobismo imperante en la Universidad (verle con su ropa enorme o encogida es un poema) intenta conseguir algo de dinero, por lo que decide trabajar de camarero en una heladería (imaginaos qué sucede entre bolas de helado y batidos...) y en un restaurante, haciéndose pasar por un trabajador de color (con su correspondiente enredo)... Por no hablar de su torpeza en las pruebas de atletismo, saltando vallas, usando la pértiga o todo lo que le va ocurriendo en sus intentos por encontrar en un deporte que encaje con él.
Slapstick en estado puro, cara de palo demuestra una vez más sus habilidades gestuales y mímicas para la comicidad y la sucesión de gags, que combinados ingeniosamente con el argumento, provocan que durante los sesenta y cinco minutos de película no pares de reír.
*Primer intertítulo con telón incluido de fondo. |
* Para los no inglishparlantes: Unas cuantas gotas de lluvia no pueden acabar con el
entusiamo de una madre el día de la graduación de su hijo.
Ronald, viendo el snobismo imperante en la Universidad (verle con su ropa enorme o encogida es un poema) intenta conseguir algo de dinero, por lo que decide trabajar de camarero en una heladería (imaginaos qué sucede entre bolas de helado y batidos...) y en un restaurante, haciéndose pasar por un trabajador de color (con su correspondiente enredo)... Por no hablar de su torpeza en las pruebas de atletismo, saltando vallas, usando la pértiga o todo lo que le va ocurriendo en sus intentos por encontrar en un deporte que encaje con él.
Tras sus nefastas incursiones en el campo laboral y en el terreno deportivo, Ronald obtiene la ayuda del decano, que le consigue el puesto de timonel (con las reticencias por parte de todo el equipo y el propio entrenador), y junto sus compañeros debe participar en regata de remo que organiza su Universidad.
Tras su periplo vital, su amada, que interpretaba la graciosa Anne Cornwall (otra que prometía mucho pero se quedó a medio gas... llegando incluso a trabajo con W.S. Van Dyke en dos producciones en 1927, pero como le dejaron escoger féminas, este se aferró a Myrna Loy -como tonto- para tener una filmografía común bastante amplia) no puede hacer otra cosa que dejarse querer por este bondadoso, torpón y dulce muchacho.
Infinitas dosis de humor, grandes instantes de parodia a la sociedad de finales de los años 20 (frivolidad y racismo incluído) y un Buster Keaton que sentó cátedra (guste o no, Peter Sellers bebió mucho de su inexpresividad y de su curiosa forma de actuar) en El Colegial le vemos en una de sus mejores propuestas; elástico y serio como sólo él sabía ponerse ,y en este caso luchando por conseguir el corazón de una joven.
Si nos ponemos quisquillosos, el final resulta demasiado fulminante (pero se puede perdonar, ya que una hora tampoco da para mucho más).
Como dato curioso, el pulverizado Michael Jackson se inspiró en varios movimientos que protagoniza Keaton al principio de la película -junto con las fantásticas coreografías de Melodías de Broadway- para el baile de su célebre Smooth Criminal.
Como no hay trailer, os ponemos una divertidíssima escena...
14 comentarios:
Era genial, el mejor en su estilo.
un saludote.
Vi algunas de Buster Keaton de pequeña con mi abuelo y me evoca muchas emociones, tengo que volver a repasar sus pelis pero ya.
Muchos besos.
Me hacen muchísima gracias las pelis de Buster Keaton. Era genial el tío ahí todo serio, y a la vez tan simpático. Su humor era cinco estrellas. Su espontaneidad, esa chispa tan personal, lo hacían único, irrepetible.
Muy acertada la comparación de Peter Sellers con Keaton. En muchas pelis es un calco en sus expresiones.
Estupenda entrada, Sidhe.
muy buen blog...adoro el cine clásico, saludos!!!
¡Que buena película, y que bueno era Buster Keaton!
Dan ganas de contratar a un organista para que toque la música en directo y todo.
Y no lo digo de broma: hace un par de años tuve la ocasión de ver el Nosferatu de Murnau con un pianista interpretando la música original (casi dos horitas que estuvo el hombre sin parar, como un campeón) y la verdad es que recomiendo que, a falta de iniciativas colectivas en ese sentido, secuestréis a un pianista y lo hagáis tocar durante una película muda al menos una vez en la vida.
p.d. Por cierto,como me ha costado concentrarme en lo que estaba escribiendo con el elemento bailarín que tenéis justo encima de wasabi manor.
Es que es hipnótico, el jodío...
He de confesarte, compa Sidhe, que del cine mudo, en general, y del protagonizado por Keaton, en particular, ando bastante pez; grave carencia, desde luego, a la que habrá que irle poniendo remedio poco a poco, dado que abundan las piezas de enorme interés que, además, cuentan con el estímulo añadido de lo instructivas que resultan (cuántas de las soluciones narrativas y visuales que admiramos, extasiados, en pelis posteriores, ya en el sonoro, no proceden de estos productos seminales). En fin...
Un fuerte abrazo y buen fin de semana.
Susan: Un besazo con aires festivos :)
Isabel: Ya te veo rescatando alguna de sus pelis (y yo que ficharé)
Renata: Bienvenida seas, me alegro de que te guste este imprevisible chiringuito
Javi: ¡Casi como dos gotas de agua! Aunque Keaton era más gestual y el Sellers usaba mucha caracterización.
Enrique: Si tu querido Ulan Bator cae cerca de Barcelona, para Mayo harán un Nosferatu con pianista (tengo muchas ganas de ver qué tal). Te gusta Napoleon bailando, ¿eh?. Los primeros días cuando lo veía me daba la risa tonta (creo que aún sigo igual jajaja). Hay que reinvindicar a los organistas (¡y a los pianistas también!)
Manuel: En mi caso, voy picoteando allí y allá por los géneros y épocas que más me gustan y tienes razón que en los clásicos encuentras las bases (y testimonios de que sucedía, como se vivía o se quería haber vivido o incluso como dibujaban el dubujo del futuro...).
Como siempre, una alegría veros por aquí (y por vuestros rinconcitos).
¡Besos y pasad buen fin de semana!
Hola,
A mí me pasa como a Manuel; mi conocimiento de este tipo de pelis es muy reducido, por lo que mi opinión no tiene mucho peso :) Me dejaré aconsejar :)
Un saludo, y enhorabuena por tu blog, Sidhe,
Un saludo,
Jose
PD - Estáis invitados a pasar al mío, por supuesto; aunque la temática no tiene nada que ver :)
http://josearnedo.blogspot.com/
"Todos quieren tener opinión pero nadie quiere pensar."
Pues yo de peque sentía fascinación por Lloyd!!
Quizás debiera revisar todas aquellas películas que tanto me entretenían.Seguro que la que reseñas la he visto pero ¿quién puede acordarse de todo lo que ha visto? Ufff!
Biquiños
Yo también he sido fan de Buster, en especial por su seriedad y ese aire tan distante. Nunca me han gustado los cómicos con cara de bobos.
Buah! Genial, soy incondicional de Buster Keaton. Esta peli es una maravilla.
Tengo que ver todo ese cine de los 30 hacia atrás. Luego de ver The Artist uno quiere experimentar más cine.
David C: Opino lo mismo que tú :). Por cierto, felicitaciones por tu artículo sobre las lecciones de coaching, en esta santa casa tu artículo está dando que hablar (positivamente)
Le di un repaso a la filmografía de Buster Keaton, sobre todo a sus largometrajes. Lo conté por aquí: http://cdecine.blogspot.com/2009/10/buster-keaton.html
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