5 de noviembre de 2007

Disturbia

Kale ha sobrevivido a un grave accidente de tráfico en el que ha perdido a su padre y no está atravesando precisamente por un buen momento.
Cuando un profesor le dice un comentario fuera de lugar, Kale le da una bofetada que lo llevará directo a los tribunales. Su condena serán tres meses de arresto domiciliario.
Lo que en principio parecía algo divertido acabará siendo un aburrimiento absoluto, y lo único que le entretiene es observar a la vecindad. Por un lado su nueva vecinita y por otro, un nuevo vecino de costumbres... algo siniestras y oscuras.

Este film bebe de películas de suspense clásicas (Hitchcock rules, again), y al intentar actualizar el género mete a unos nenes teens que no valen un pimiento.

Peca de un ritmo lento, pero los últimos 20 minutos tienen su ligero encanto.

Es cierto que los personajes son más planos que las compresas, pero la idea de ser el vigilante vigilado, y el hecho de sentirte indefenso en tu propio hogar son dos puntos a su favor (los únicos, y además copiados) .

Tal vez va siendo hora que David Morse cambie de género, porque parece que verle en una película es síntoma de que él tiene la culpa de todos los males de los personajes.



Una tardecita tonta con un resfriado que no se va ni a patadas puede ser el momento ideal para verla (al menos aeste fue mi caso).
Pero si se puede ver La Ventana Indiscreta, mejor.

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