Voy a intentar hacer dos cosas durante mi crítica (o vomitona mental):
•No decir mierda.
•No citar ninguna película de Aménabar.
Y, de regalo, no decir en ningún momento la palabra refrito.
Laura compra el orfanato donde pasó su infancia con el objetivo de hacer un centro para niños disminuídos.
Durante la fiesta de inauguración su hijo desaparece.
(Nota mental: Qué tentada estoy de decir un par de comentarios terribles, un, dos y tres, yo me calmaré... cuatro, cinco y seis, todos los veréis...)
A partir de ese momento nuestra protagonista intentará encontrar a su hijo, así como la respuesta de ciertos fénomenos que se suceden en su nueva casa...
Como no puedo ser mala, no hablaré de los personajes tediosos e innecesarios, pero puedo decir que Belén Rueda hace una buena interpretación de madre coraje (y punto y pelota).
A destacar su excelente fotografía.
Menos el momento de cámara en mano, que es una... (no lo voy a decir, que no) ejem, alternativa que no hace que el espectador se angustie, si es que era la intención...
Las localizaciones (el caserón-orfanato está totalmente desaprovechado) son preciosas y el vestuario todo tan azul es curioso, como mínimo.
Del argumento y el ritmo no hablaré: no hay nada que pueda comentar (podría decir simpleza y lentitud, pero sigo en mis trece, voy a ser buena)
La única duda que me asalta es para qué se enfoca tanto el maldito silbato (cómo sólo sea para aclarar quién es cierto personaje, me atrevo a decir que eso es infravalorar en exceso al público). Porque todo lo demás ya lo dejan masticadito cual potito para dejarlo todo bien clarito.
Supongo que la culpa de sentir tal decepción es mía por estar harta de ver películas de este estilo.
En fin, que me queda pendiente ver Stardust y [•REC].
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