14 de mayo de 2011

La Leyenda del Pianista en el Océano


Durante los días posteriores a mi primera (y de momento única) visita a esta película he ido esquivando el escribir mi opinión de esta maravillosa obra de Giuseppe Tornatore.

La razón es muy sencilla: Cualquier cosa que diga de ella no hará en absoluto justicia al perfecto ejercicio de arte y belleza que nos muestra una historia preciosa y tan agridulce como la del carismático Novecento (huérfano y virtuoso pianista nacido a bordo de un barco que se niega a abandonar), que nos hará partícipe de su particular percepción de la Vida y del Arte teniendo como principal lenguaje las notas que brotan de su piano.










¿Qué sería de nosotros si aquellos que poseen un don no fueran capaces de explotarlo hasta el límite? Pues que por ejemplo jamás veríamos ni obras tan preciosas ni escucharíamos piezas que nos robaran el alma y nos llevaran, como a Novecento, al interior de un océano atrapados en un buque sin saber si queremos (o podemos) salir de él.





No hace falta comentar que el elenco está soberbio, que el guión es perfecto o que la banda sonora de Ennio Morricone es excelente; hay dejarse llevar por este magnífico viaje.

Los que que seguís soñando (y admirando) el Arte y el buen Cine tenéis que verla y reverla (y preparar un paquetito de pañuelos).


Ahí va una pequeña muestra del hacer del bueno de Novecento:



Ah, gracias al recomendador de la misma, nunca dejas de sorprenderme.


Puntuación: 9 virtuosos wasabis.




Volveré con Zebraman bajo el brazo.


Antes que llegue el 2012 y se acabe el Universo inauguro etiqueta, así que quien quiera seguir mis consejos, ya sabe lo que tiene que hacer.

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